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martes, 17 de septiembre de 2013

inside a bubble

Ahora, me pregunto si alguna vez fui yo quien comenzó una conversación. ¿Alguna vez hice algo así? ¿Acaso es difícil hablar conmigo? Creo que sí. Suelo quedarme sin un tema de conversación muy pronto. Incluso las temáticas que uno más disfruta se acaban cuando la persona con la que hablas no eres tú mismo. ¿Parezco desinteresada cuando hablo con alguien? Espero que no. Porque, mientras que yo no tengo mucho que decir, el mundo sí. Tantas historias, tantas fascinaciones. Realmente me interesa lo que pueda decirme cualquiera.

Pero, lastimosamente, las conversaciones necesitan de dos. Y yo no cumplo las características para mantener una charla. Y no tengo la valentía de abrir esa pequeña ventana y saludar. Sin embargo, y nunca lo dudes, sí quiero hacerlo. Sí quiero hacerlo y no puedo. Por eso me disculpo de antemano si no puedo hablarte, o si parece que no quiero hablarte, o si no sé de que hablarte y la conversación muere rápidamente. Lo siento.

Y realmente me mata ver como hablan entre ustedes y yo no puedo ser parte de eso, soy incapaz. Yo debería hacer un esfuerzo, pero no lo hago. No puedo.



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